Vida de tormenta

Se vienen años de tormenta y no me preocupa. Mi ropa ya ha estado empapada, mi pelo lacio, mis gafas empañadas.

Se vienen años de tormenta. Lo sé porque nunca ha escampado. Y está bien que no escampe. Puedes caminar dejando rastro. Caminar entre barro. Caminar con cuidado.

Lo cierto es que nadie salió ileso de una tormenta. De hacerlo sería pasar por ella como un fantasma que no impregna su huella ni marcarse deja. Ni habiendo aprendido a llevar chubasquero sale uno ileso. El rostro se moja y el peinado se encrespa.

Al final, han sido tantas las veces que he secado mi cara con las manos caladas; convertido los truenos en nanas; construido presas para cuando llegase el aguacero.Milagrosamente aun sensata, sé que no atravieso la tormenta en góndola y con gondolero. Siendo precavida, tal vez mejor sería alquilar un traje de buceo. Sin embargo, algo me dice que voy a jugar a la apnea.

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